martes, 6 de abril de 2010
Mi musa
Ella es la que inspira mis versos en la noche, únicamente ella, mi musa…
Ella, porque es un resplandor de sabiduría que ilumina el pensamiento, un ángel que revolotea en el ocaso dando sentido a mis palabras, el elixir que revive un alma, la mía, prisionera de su encanto.
Mi musa…Surge la magia al mencionar su nombre, es el acorde de la más bella melodía percibida por oídos que buscan la perfección, ¿cómo no amar la paz que sus vaivenes proporcionan, cómo no añorar sus visitas en la madrugada, que destierran la añoranza y calman la nostalgia de una existencia loca?… y, ¿cómo llamarla sólo musa, si es vida entre las sombras, sonrisa que seca las lágrimas, el astro que ilumina cada día gris?
…Imposible evitar que se cuele en mis sueños, porque sueño con su hechizo, porque me hechizan sus palabras imposibles…
Mujer de belleza sublime, musa que me libera, diosa en la que creo, mito de la antigua Grecia, leyenda que, aun sabiendo que es cierta, no puede ser real.
…Inexplicable su forma de cautivarme, porque en un principio cautivó todas las explicaciones…
El respiro con el que calmo mi asfixia, la efímera soledad apartada por el consuelo que sus ojos marrones me ofrecen, el acérrimo empeño de mi alma por mostrarle mi agradecimiento eterno, ella lo es todo en mi mundo de inspiración, de poesía ininterrumpida, de prosa indescifrable.
Mi musa, mi desahogo, protege con sutiles textos un corazón expuesto al daño, traza líneas en el papel para convertir en filosofía mis delirios. Ella es el arte, mi compás, mi luz entre penumbras, ella es mi forma de sentir latidos revolucionados cuando intuyo su presencia, cuando se refleja fugazmente en mi ventana, cuando con un “gracias” le dedico mis nuevos e insignificantes párrafos…mi musa, ¿cómo no bendecir su compañía desinteresada, cómo no desearla sólo para mí?...
...simplemente es imposible no desearla, porque siempre deseé lo imposible…
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