martes, 11 de agosto de 2009

De mi forma especial


¿Que si te quiero?, sabes muy bien la respuesta, cada día al despertarme mi único deseo es contemplar tus ojos, sentir tus brazos rodeándome, compartir eternas sonrisas cargadas de ternura.
Tienes un don concedido únicamente a tu persona, borras cada rastro de dolor que quedaba en mi corazón y me resucitas, me das una nueva vida alejada de amarguras, una ilusión que obvia las desgracias y las penas.
De mi pasado sólo recuerdo el día que dejaste tu huella en mi memoria, mi presente es una bendición al estar a tu lado, y soy plenamente feliz al pensar en un futuro en el que continúe siguiendo tus pasos sin descanso.
Sólo odio los minutos que nos separan en este momento, odio no conseguir conversar contigo con la misma confianza que mostramos ayer, odio saber que no puedo correr a tu lado esta madrugada, pero sé que mañana al despuntar el sol me estarás esperando.
Hay mensajes que vuelan libres, pero sentimientos enjaulados, hay una gran ilusión, pero lágrimas que la acompañan, y si, hay un amor, pero en este momento es sólo un desconocido ocupando las cuatro paredes de mi recuerdo.
Eso no significa que no te quiera, pero es un amor enredado en la posible amistad que tenemos en este momento, y es cierto que todo parece mejor así, más calmado, menos doloroso y con la misma alegría que caracteriza el sentimiento.
El amor pasado lo he guardado en el recoveco más preciado de mi memoria, es como una de las antiguas siete maravillas del mundo, ya destruida pero recordada por muchos y por mí misma eternamente.
Aunque probablemente vuelva a caer mil veces en un confuso recuerdo, aunque posiblemente el sentimiento esté enterrado pero no muerto y baste una añoranza de aquel amor para quitar la tierra de encima y vuelva a caminar libre, sé que ya nada será igual, no puede serlo, me lo he demostrado con tu ayuda y con mi esfuerzo.
Hicieron falta largos meses de descubrimientos que conocía pero no quería ver, y aunque todo parece haber cambiado a día de hoy, de una forma o de otra siempre quedará aquella profunda huella en mi memoria, pero eso me ayuda a seguir queriéndote, ahora, de mi forma especial.

Porque DESDE AQUELLA NOCHE TODO ES DISTINTO.

Entre confianza y confidencia se coló un haz de luz de gran percepción, un enorme resquicio de esperanza al que podríamos llamar amistad, un sentimiento que nunca había tenido pero que me proporcionaría consuelo. Eso es, la amistad que desde el primer día había buscado en ti por fin me acompañaba.
...
...
Y sí, desde aquella noche todo es distinto...
¿y me sigues preguntando que si te quiero?, Quizá ahora más que los últimos años, de una manera que me hace más feliz, desde aquella noche te quiero para siempre, superando los límites de la eternidad, te quiero... pero esta vez de mi forma especial.