domingo, 28 de noviembre de 2010

Destino de un "te quiero"


Hoy despierto en un nuevo sueño, hoy amanece al mirar tus ojos, sueño nuevamente despierta, tus ojos me miran mientras amanece.
Desde aquel día, una palabra resuena en madrugadas, dos se fueron entrelazando, así dejaron escrito el principio de una historia, una historia que avanza imperturbable, un mensaje indeleble siempre presente en mi camino.
Si ahora sé que estás a mi lado, no hay mejor forma de percibir un despertar; y si resulta que en estos momentos mi vida es sueño, será porque sólo tú te has convertido en el sueño de mi vida.
Olvida las pesadillas, duerme tranquila, junto a ti escribiré un destino idílico jamás mencionado.
Y es que sólo contigo se enciende la luz de un mañana, avanza intrépido un tiempo creído muerto. Así veo, cuando se perciben los amaneceres, cómo deshojamos soledades perennes.
Entre árboles marcados, crepúsculos de tiempo indefinido, escucho tu voz en madrugadas. Y aunque el eco antagónico resuene de vez en vez, yo cuidaré de la memoria sana de recuerdos pasados.
No habrá más delirios, ni subconscientes atacados. Después del daño de la incoherencia, bendita palabra “locura” empleada en el presente.
Así sucede que, a día de hoy, no encuentro otra forma de acabar este plasmado sino diciendo que he aprendido algo, ahora sé que adoro el destino de un te quiero, porque quiero que mi destino sea adorarte.