domingo, 26 de diciembre de 2010

Dilemas


Sólo necesitas huir, sólo tienes que atravesar esa puerta… y todo volverá a ser como antes…

Cavilo entre desidias, prisioneras de un alma errante.
Reflexiono aun incoherente, contra pensamientos de sinrazón.

Busco un camino, el camino correcto. Y sólo tengo dos opciones. Dos únicas posibilidades. Un sí o un no. ¿Una estancia permanente, alejada de asaltantes nostalgias y tristezas repentinas?

…Huye, atraviesa esa puerta… y todo volverá a la normalidad…

Algo me impide tomar decisiones drásticas, quizá un lazo irrompible, un vínculo forjado hace años; o quizá una incapacidad, una carencia de fortaleza hercúlea para continuar mi calendario como hice hasta ahora.

Permanece aquí, no abandones… No, esto es preferible. Huye, atraviesa esa puerta… y todo tu desvarío interior volverá a la normalidad.

¿Qué se puede obtener a base de monotemáticos dilemas constantes, que no llevan a ningún lugar real?

Si creara por un instante mi propio mundo utópico, lo que actualmente aparece atormentando con preguntas estaría en él sin ningún titubeo. Y sería lo que daría vida a seres inertes sin lugar a dudas… Nunca más atormentada por indecisiones faltas de coherencia.
Pero mi propio mundo utópico a largo plazo, obviando los “instantes” … puede que sea otro cantar… y, ¿por qué no? ¿acaso sería tan duro ese cambio? Supongo que sólo tendría que acostumbrarme. O acabar muriendo en vida. No lo sé.

El caso es que, sin previo aviso ni justificaciones recientes, cada vez se escapan más lágrimas que no controlo. Y no quise ni imaginé nunca que esto pasara. El tiempo allí fue contar sueños, hoy sueño con seguir contando el tiempo, y entre sueños, tiempo y cuentas, hoy cuento con dos únicas opciones.

-Permanece aquí, no abandones. Tómate respiros de calma para evitar indecisiones y agobios.
Sólo necesitas huir, sólo tienes que atravesar esa puerta… y todo volverá a ser como antes…