jueves, 17 de julio de 2014

Seguíamos, sin avanzar. Seguía dando el todo por nada más sin verte, que no hacía falta, sólo una ausencia, sola y sin prisa. Ya sabes qué pesa y no pasa. Nada de un beso. Te doy el resto sin sumar pluses en tu blusa, y me das la espalda. O el miedo me aparta la cara para golpearme el alma con el corazón en un puño. Todo vale si no hay precio impuesto. Que el impuesto que yo pago es el tiempo, y me va robando. Y te va probando. Y no te aprueba, sólo para que huyas a oir aullar a la luna, que ella si brilla si yo me apago.