En el color negro de tus ojos marrones, en tu lastre de cuatro letras que enreda el tiempo
has engañado de verdad al olvido con un ajuste de cuentas des calibrado.
Tú que mientes a los espejos, y sonríes a desconocidos cercanos, te has mordido los besos.
Y has llorado el odio,
has odiado al miedo
por darle la cara a la espalda, tu espalda
que roza el suelo.
-Deshaz, haz, accede, actúa, arranca, rompe. Empieza-.
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