Aludo a eludirte si no puedo besarte al lado derecho del lento que bailan las horas inacabadas. Aludo a tu boca cuando es del silencio, cuando tus manos dicen que me quede y dudo.
Y al mundo mudo que nos observa. Al nudo de dos lazos y a los trazos que no dibujas. A que cojas al frío por preso, por el peso de las sorpresas. A quien te besa.
Y al tiempo que acaba con nosotras, a ras del cielo. A tu pelo enredándose en el viento. A que el lento sea rápido, y a que el rápido sea eterno.
A los comienzos.
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