miércoles, 20 de abril de 2011

Sin mente


Te encuentras ante centenares de caminos, todos marcados con señales ininteligibles, pero no entiendes las palabras de cada paso, asaltantes que se esconden día tras día y aparecen en instantes puntuales e imprevisibles.
¿Por qué dudas, buscas algo, qué es lo que ansías?
¿Acaso dudas de tu propia mente, porque ya no te fías de ella?
Ya… estás buscando una solución inmediata que dé una tregua o traiga acuerdo perpetuo con… ¿tus demonios?, ¿Es eso?
¿Será que ansías un minuto de calma, alejarte de pensamientos propios taladrando cada segundo de tu consciencia?

-Lo oyes, ¿verdad? Tú también escuchas esos gritos internos de desesperación.
Por supuesto, esos son los demonios con los que convives día a día.
¿Podrías explicar con claridad qué es lo que dicen?
Claro, no te es fácil. Para ti es imposible descifrar sus palabras.
Niegas vivir en penumbras, pero entonces te envuelven con sus negros mantos de desidia. Son instantes incontables, son tiempo impredecible. Es el día cero que se sucede año tras año.
Pero tú estás bien, ¿no?
O lo arreglas todo afirmándolo.
Todo… una palabra que engloba hasta el universo. Pero tú sabes… sabes qué es lo que no está bien. Tu universo. Ese es el fallo. Cometes un gran error, eterna equivocación de estados incoherentes.
¿Cuándo un día más empieza, cuándo finaliza otro…? ¿En qué momento ellos desaparecen? Se esconden. Nunca les gustó la atención continua. Pero sabes que están ahí. Y ¿cuándo no? …
Siempre están ahí… siempre cuando estás sin mente...

No hay comentarios:

Publicar un comentario